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jueves, 21 de marzo de 2013

Ante la ampliación del PER


En los últimos días, la delegada del gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, anunció la ampliación por un año más del fondo para pagar las peonadas del campo, el antiguo PER, aunque se congela la cifra en 147 millones de euros para Andalucía. En su rueda de prensa donde anunció dicha medida, hizo hincapié en que esta medida muestra el compromiso del gobierno central con Andalucía.
Desde la Unión Local del SAT-Guadaíra rechazamos que esta medida signifique un compromiso del gobierno con Andalucía; más bien esta afirmación pone de manifiesto que el PP sigue pensando que los Andaluces pobres quieren seguir viviendo del subsidio en vez de trabajar sus propias tierras. En esta forma de transmitir el mensaje subyace la idea de que los andaluces prefieren un subsidio antes que un trabajo digno, para poder gastárselo en bares, como dijo hace unos meses Duran i Lleida. La derecha sigue dando limosna en vez de dar medios para crear riqueza, porque  esto sería dar poder a los trabajadores/as.
La Unión Local de Alcalá de Guadaíra del Sindicato Andaluz de Trabajadores/as manifiesta que un subsidio nunca es un éxito, sino la forma de que personas sin tierras puedan subsistir un año más, sin saber qué va a ser de ellas el año siguiente. El PER debería haber sido solamente una medida transitoria, la forma de dar trabajo a personas mientras se llevara a cabo la reforma agraria que ni PP, ni PSOE, ni ahora IU tienen intención de hacer.
Por eso llamamos a los jornaleros y jornaleras a la ocupación de tierras, como nuestro sindicato hizo hace ya un año en la finca de titularidad de la Junta de Andalucía de Somonte, en Córdoba, y luego en Las Turquillas. Pero también llamamos a los trabajadores de la industria de Alcalá de Guadaira para que se organicen y ocupen las fábricas abandonadas, creen cooperativas, y den vida a un pueblo que tras 35 años de gobierno socialista agoniza. La tierra y las fábricas pa los que la trabajan.

jueves, 14 de marzo de 2013


Presentación del libro:
TRABAJADORES Y MEDIO AMBIENTE
La Lucha Contra la Degradación Ambiental desde los Centros de Trabajo
(Editorial Atrapasueños)
Por su autor: Jesús M. Castillo, Profesor Titular de Ecología en la Universidad de Sevilla
Introducido por: Antonio Ruiz, de la Presidencia de Alwadi-ira

Día: Martes 19-Marzo, 20h
Lugar: La Alacena, c/ Pepe Corzo, 6 (junto a Casa de la Cultura)

Organiza: La Alacena - Mercao Social de Alcalá
Colaboran: Sociedad Ecologista Alwadi-ira y Unión Local del Sindicato Andaluz de Trabajadores

domingo, 10 de marzo de 2013

Marcha Interin@s Andaluces


SAT y Andaluces de Alcalá organizaron teatro por el Día de la Mujer Trabajadora


El colectivo ciudadano Andaluces de Alcalá y la Unión Local del SAT conmemoraron el Día de la Mujer Trabajadora con la representación de la obra teatral "Menú del Día". El acto estuvo a cargo de la compañía teatral alcalareña "Malosaires Teatro", y tuvo lugar el pasado viernes día 8 en la Casa la Cultura.

Los alcalareños respondieron calurosamente a esta iniciativa, y el salón de actos de la Casa de la Casa de la Cultura quedó completo con la asistencia de más de ciento veinte personas. Antes de la representación de la obra, un grupo de mujeres de los colectivos organizadores leyeron un texto explicando el sentido de este acto. En su intervención denunciaron la discriminación que la mujer sigue sufriendo en múltiples dimensiones de la vida social, y apelaron a la responsabilidad de todos para luchar contra el machismo y por la igualdad de género.

Los colectivos organizadores agradecen públicamente la respuesta de los vecinos de Alcalá a esta iniciativa, y les animan a seguir participando activamente en la construcción de una Andalucía más libre en un mundo mejor.

Alcalá de Guadaíra, 9 de marzo de 2013
 

viernes, 1 de marzo de 2013

Alcalá de Guadaira, de enclave industrial geoestratégico a paradigma de la deslocalización productiva en Andalucía.


La depresión económica que vivimos está resultando funcional para la desmantelación ya no solo del Estado del Bienestar que tanto trabajo costó construir y que, aún con sus luces y sus sombras, ha contribuido al acceso a unas condiciones de vida dignas para al menos algunos segmentos de la población. Además, en la actualidad, la instrumentalización de la crisis como elemento legitimador de reformas y transformaciones en el ámbito social, económico y jurídico está contribuyendo a que ésta degrade también los cimientos de la economía de mercado incluso en su vertiente productiva.

La aprobación de regulaciones que ahondan en la flexibilidad en el uso de factores productivos por un lado y la falta de regulación en defensa del tejido productivo de cercanía, se han convertido en el caldo de cultivo ideal para que se aceleren procesos de deslocalización ya activos o para el inicio de otros nuevos. En Andalucía, Alcalá de Guadaira resulta un ejemplo paradigmático del proceso anterior. La conformación de un tejido productivo entorno al municipio que, aunque paradójicamente, durante años, no ha contribuido significativamente a reducir las cifras de desempleo de la ciudad, con el tiempo sí se había convertido en un núcleo de actividad importante con un peso creciente en la actividad industrial de la provincia.
La caída en picado de la producción industrial en Andalucía durante los últimos años es manifiesta. Tradicionalmente la industria en Andalucía ha tenido una participación en términos relativos menor a la que se da para el conjunto de España. En 2010, último dato disponible, la participación sectorial de la industria en Andalucía era del 6’22% mientras que en España lo era del 6’8%, en términos territoriales Andalucía aporta al conjunto del país el 13’85% de la producción industrial lo que no se corresponde con su peso en términos de población. En el periodo que va desde el inicio de la crisis y hasta el año 2010 cerraron en Andalucía 4.122 establecimientos industriales es decir, el sector se redujo en la región nada menos que un 11’9% (INE, 2012). En definitiva, de todo lo anterior se desprende que el desmantelamiento de un enclave productivo como es la actividad industrial es evidente en Andalucía con el consiguiente impacto en la destrucción de empleo en un mercado de trabajo ya de por sí subdesarrollado.
Por su parte, la provincia de Sevilla, a pesar de la debilidad industrial de Andalucía se sitúa a la cabeza de la producción industrial de la región con una participación de la industria a nivel sectorial del 6’52% y con un peso territorial del sector del 23’58%. Buena parte de la producción industrial sevillana se concentra en el área metropolitana de la capital y fundamentalmente en el término municipal de Alcalá de Guadaira. El aprovechamiento de las economías de escala generadas por motivos de cercanía y una tendencia progresiva hacia la articulación vertical entre empresas dedicadas a actividades de naturaleza industrial trajeron consigo que desde la década de los ochenta Alcalá se convirtiese en un núcleo de mayor dinamismo productivo entorno a actividades industriales en un contexto sin una tradición industrial solida previa.
En la actualidad, asistimos al envite de de las flexibilizaciones en materia laboral antes descritas y producidas por las dos últimas reformas laborales aprobadas por los ejecutivos de los dos últimos gobiernos. En este sentido, los Expedientes de Regulación de Empleo de ROCA o Santa Barbará con impactos directos sobre 228 y 82 trabajadores de las factorías alcalareñas y muchos más de manera indirecta no son más que la continuación de procesos de deslocalización similares a los acontecidos anteriormente en casos como los de Gillete o Flex donde se argumentaron cierres en base a deslocalizaciones más rentables hacia Rusia, Polonia, Turquía o como en el caso de Flex, Portugal. Estos procesos además del desempleo que generan en las propias factorías tienen una incidencia mayor si cabe en el contexto productivo más cercano dado que en la mayoría de los casos se trata de empresas con carácter de enclave en el tejido productivo de proximidad lo que se traduce en una destrucción de empleo y actividad difusa pero más intensa. Además, en muchos casos, bajo la legitimidad que supuestamente da la mayor capacidad para impactar en el entramado productivo local, no son pocos los ejemplos en los que este tipo de empresas reciben, previamente a su cierre, el apoyo de entes públicos traducido en la concesión de privilegios tales como la creación de infraestructuras de apoyo, el estímulo a actividades paralelas que les facilite el acceso a proveedores en el entorno o incluso la concesión directa de ayudas en forma de subvenciones o créditos a bajo coste. A pesar de estas fórmulas de discriminación positiva el desenlace en todos los casos ha sido el mismo en todas ellas, el posterior cierre con la consiguiente incapacidad para amortizar la inversión realizada con fondos públicos.
En definitiva, la realidad económica, productiva y social actual sugiere, con más intensidad si cabe, la necesidad de que en casos como el de Alcalá de Guadaira la estrategia de las Administraciones deba dirigirse de forma decidida hacia la defensa directa de la actividad productiva local con el objetivo de evitar su incipiente desmantelamiento. Esta defensa no ha de traducirse, aprendiendo de errores del pasado, en la creación de un entorno “más cómodo” para las grandes empresas localizadas en el municipio dado que estas van a determinar sus decisiones de localización atendiendo a otros criterios de rentabilidad fundamentalmente en el ámbito de los costes variables (mano de obra). Por el contrario, la defensa de los puestos de trabajo, el establecimiento de mecanismos de control más eficaces sobre la actividad empresarial o la intervención pública directa mediante la creación propia de enclaves productivos debe orientar la intervención desde lo público.
En un contexto productivo en el que el “sálvese quien pueda” empieza a oírse cada vez con más fuerza con la consiguiente agresión que conlleva sobre la parte débil de la relación laboral, el factor trabajo, es el momento que desde las distintas Administraciones se actúe en su defensa y desde abajo, desde la ciudadanía, se exija y presione para que así sea.
 Alejandro González Rodríguez
Universidad Pablo de Olavide